Un año más, y ya van 11, ASAM ofrece a nuestro alumnado la oportunidad de implicarse a fondo, de canalizar la necesidad de “tratar de cambiar las cosas” y no criticar indiscriminadamente y cruzarse de brazos, de tratar de mejorar aquellos aspectos de nuestro entorno más cercano, país y civilización que nos parecen inadecuados e injustos. Son los voluntarios quienes identifican las carencias y necesidades más inmediatas: hambre, muerte, cambio climático, violencia, etc para posteriormente pasar a la acción.

ASAM es un proyecto escolar con un modesto alcance, pero ofrece la oportunidad a los chicos de reflexionar sobre el mundo que nos rodea, concienciarse, mostrar su preocupación y actuar. Este curso hemos batido record de voluntarios. 95 chicos y chicas entre los 14 y 16 años van a participar de esta experiencia y nosotros como adultos debemos ayudarles. Su formación como personas es fundamental para el futuro.

Pensamos que los chavales adolescentes solo se preocupan de la imagen que muestran en Instagram, de salir de fiesta o comprar ropa, es decir, de sí mismos y sus necesidades/caprichos. Pero, como ellos dicen, eso es “postureo”.  Rasgo fundamental de la adolescencia es asentar las bases de su personalidad, acentuándose su preocupación por el físico, mostrando cierta dejadez por otros importantes valores. ASAM se convierte en estos momentos en el mejor antídoto para luchar contra esta apatía temporal.

GRACIAS VOLUNTARI@S, vuestra actitud, empuje y ganas son muy gratificantes y nos ayudan a refrescar los valores y principios.

Marisa Rodríguez Palacios

Coordinadora de ASAM (Acción Solidaria Ausiàs March)